miércoles, 26 de diciembre de 2012

No estoy segura de poder decir con firmeza que ya no lo amo. Mas tengo la completa certeza de que mi amor ya no es el mismo. La intensidad no ha cambiado pero su forma es distinta. No sería capaz de volver a formar una relación con esa persona, al menos no una relación de amantes, tampoco una de amigos... Tal vez llegara a ser una relación de desconocidos. Desconocidos que conocen perfectamente bien a la otra persona. Pero solo eso, solo eso...

Recordar.

¿Cuántas lágrimas más debo derramar hasta sentirme lo suficientemente bien?
Aunque me muestre fría, desconsiderada, indolente... incluso cruel con la gente que me rodea no puedo conseguir objetivo alguno. Tuve que empezar a vestir esa armadura hace más o menos 3 años, cuando me hirieron de tal forma que decidí que nadie más que yo ( por idiota que fuera la opción) podría causarme dolor otra vez. Cualquier tipo de dolor.
Creo que fue entonces en que la gente empezó a alejarse de mi, comprendiendo que si estaban o se quedaban cerca mio solo serían dañados y así fue. Por tratar de vengar el inmenso de dolor que me causaron empecé a desquitarme con gente que no tenía nada que ver en el asunto, y tuvo que pasar un año y algo más para finalmente darme cuenta. Me había convertido en un mounstro, y ya incapaz de seguir funcionando me alejé completamente de todo y todos. Fue justamente en ese momento en que alguien nuevo llegó a mi vida dandome un giro de 360 grados... comenzó a hacer pequeños agujeros en mi caparazón, hasta que fueron tantos que facilmente pudo romperlo y quitar parte por parte de él.
Era una nueva persona, me refiero a mi misma. Fui capaz de sonreir sin importar nada más a mi alrededor, y así creo que empezó mi nueva destrucción. Debido a mi estado vulnerable no fui capaz de darme cuenta hasta que estaba totalmente destruida de nuevo, sola, pidiendo auxilio a gritos y sin nadie que quisiera extenderme una mano para sacarme del agujero.
De donde no tenía fuerzas las saqué, y empecé a construir un nuevo camino sin ayuda de nadie, tenía supuesto que no iba  a necesitar a nadie más que a mi misma y me volví profundamente egoísta.
Volví a vestir otra armadura. Esta vez era más gruesa y duradera, tanto que podría asegurar que la sigo teniendo puesta.
Pero no sé como que terminará. ¿Existirá alguien valiente que quiera romperla? O tendré que esperar a que hierro se oxide con el tiempo y tenga que salir sola otra vez...